Solo puede elegir la legislación sustantiva aplicable, es decir, las posibles disposiciones. La obligación de pago de impuestos siempre va sujeta a la legislación fiscal española. Si no es residente, la elección de la ley es bastante simple, generalmente se aplica la ley de su estado de residencia habitual. Sin embargo, este punto debe mencionarse en el testamento.

Si es residente en España pero tiene una nacionalidad diferente a la española, ahora puede elegir cuál de las legislaciones desea aplicar. Deberá concertar una consulta para aclarar cuál es su mejor opción o cual se ajusta más a sus necesidades.

Si ya existe otro testamento, es obligatorio que concuerde con el que se va a redactar aquí. De lo contrario, puede que no se consiga ejercer la voluntad del testador. Se suele poder evitar objeciones si el testamento en España se refiere exclusivamente a los bienes de los que dispone en España. De todas formas, conviene revisarlo antes.

El sistema jurídico español no reconoce la figura legal del testamento mancomunado. Sin embargo, si elige para este testamento otra legislación que sí permita este tipo de testamentos, como la alemana, el notario podrá certificar un testamento mancomunado.

Si el notario que certifica el testamento sabe alemán, podrá acceder a certificar el testamento en ambos idiomas.

El notario inscribe el testamento en el Registro General de Actos de Última Voluntad en Madrid. Cuando se produce la muerte del causante, se comprueba desde allí cuándo y dónde se documentó el último testamento y, por tanto, cuál es el válido. Además, el testamento se custodia en los archivos del notario que lo certificó y usted recibe una copia.

Por suerte, en España el coste de un testamento no depende de su valor y suele ser mucho más barato que en Alemania. El notario cobra entre 60 y 80 euros por la certificación.